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Y el canela de tu piel se quede igual...

  • Foto del escritor: M E T H O D O S
    M E T H O D O S
  • 9 feb 2021
  • 3 Min. de lectura

Nathaly Linares

@mexicanomx


“Me dijo que lo dejara tomarme una foto porque mi rostro era muy bello. Nunca me habían dicho algo así”. Son las palabras que dijo Alejandro Alonso para el New York Times de aquel día en que Dorian López le pidió posar para un retrato.


Dorian Ulises López Macías, es el nombre completo del fotógrafo que encontró belleza en el rostro común y moreno de un hombre para incluirlo a su proyecto llamado “Mexicano” que está conformado por rostros del color de nuestra tierra.


Fotografía: Dorian Ulises López Macías


Hoy les presento, en su sección favorita de recomendaciones culturales, a la cuenta de Instagram de este fotógrafo de Aguascalientes @mexicanomx para un acercamiento a la belleza fuera de los estándares, y al reconocimiento de nuestra diversidad.


Es curioso el efecto que puede generar una foto. En un continente enfermo de racismo desde hace siglos, en una región en donde se idolatra a las minorías, admirándolas por sus privilegios y su color de piel, mismos que hacen de la xenofobia y el desprecio de los “otros” la línea divisoria que los hace “especiales”


Dorian Ulises destaca por ser diferente y sacar de las sombras las facciones y expresiones en la mirada de las mayorías que habitamos la parte sur de este continente, pero ¿Desde cuándo estos ojos castaños se encuentran ahí, opacados?, en este pedazo del mundo que parece tener sueños gringos o europeos y abandonar o cuando menos ignorar lo más pronto posible sus raíces latinas, ya no se tiene memoria de cuando lo bello empezó a considerarse "bello".

Fotografía: Dorian Ulises López Macías


Comencemos por reconocer lo poco cotidiano que es ver una imagen que no cumple nuestros estándares y en cuantas de ellas hay rostros que no encontramos dignos de apreciar, y si acaso hemos leído el pie de fotos de comunidades indígenas de piel tostada “nuestras raíces” como si se trataran de antepasados de hace muchísimo tiempo, tratando de dejar atrás, de correr, de huir pronto de lo que nos delata habitantes de este pedazo de tierra.


En un pueblo que se niega a sí mismo y que empuja a los pueblos originarios a los márgenes del silencio, estas imágenes les resultan particularmente incomodas. Lo peor de todo, es que la negación los ciega y no se percatan de que no solo los pueblos originarios y las comunidades indígenas tienen cabello castaño y piel trigueña, estamos entre ustedes, y somos hermosos.


En un país donde se usa el término “racismo a la inversa”, ¿se puede considerar que se entiende realmente que es el racismo? Aún no estamos listos, nos delatamos cuando vimos a Yalitza Aparicio ser nominada a los premios de la academia y sentimos que no nos representaba, que nosotros no teníamos esos rasgos y ese moreno en la piel.


Fotografía: Dorian Ulises López Macías


El buen gusto es una construcción social. Así, según la clase y la posición social de pertenencia, determinados patrones de consumo, modas y estéticas son aceptadas como “buen gusto” y otras son deploradas. Aparentemente y, dado lo acontecido en los últimos años con la revolución mediática, lo que, si está bien y de “buen gusto” es el amor propio, banderín del que se han colgado quienes buscan discípulos que no encajan en los estándares de belleza, y nos llaman “valientes” por “animarnos” a mostrarnos como somos, sin Photoshop, sin filtro.


Lo que encontramos en el muro del proyecto de Dorian Ulises es nuestra piel a través de sus ojos, así como el resto la debiera ver, fuera de las opresiones sociales, gente real que esta ahí todo el tiempo y que es bella solo existiendo.


Las miradas color común en ese muro no pide opiniones, piropos, cuestionamientos ni valoraciones. No representan un empoderamiento barato individualista, nuestros cuerpos no son objetos de consumo, ni de critica o debate, son como son, libres.

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Methodos: Idea original del consejo directivo.

ISSN: En trámite.

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